Aún recuerdo la fascinación que me producía escuchar a mi padre recitar
fragmentos de la obra del poeta Mexicano Juan de Dios Peza intitulada Reír
llorando… mi imaginación se desbordaba cuando escuchaba su voz modulada de
manera enfática acompañada de su mirada penetrante dirigida hacia mis ojos, al
tiempo que gesticulaba al pronunciar las frases “tanto he viajado, tanto he leído”,
esa escena que se repitió innumerables ocasiones me impactó al grado tal, que invariablemente,
cada vez que lo escuchaba me nacía el deseo de viajar y de leer, y llegaba a la
conclusión que un hombre debía viajar y debía leer mucho… al mismo tiempo, también
en mi infancia temprana, mi mamá me leía cuentos, en especial recuerdo las historias
de Leon Tolstoi, y difícilmente les puedo compartir lo que se desataba dentro
de mi, difícilmente puedo describir el torrente de imágenes que fluían por mi cabeza,
podía ver como una película todo lo que ella me leía… y bueno, supongo que ahí
se gestó mi gusto por los viajes y mi pasión por la lectura.
Entre Garrik y la Fére es una proyección personal, no sé si producto de
mi consciente o fruto de mi subconciente, pero alguna parte de mi se identifica
con estos dos personajes, creo que todos tenemos un poco el síndrome de Garrik
y todos tenemos historias de vida, anécdotas fascinantes dignas de ser contadas
por el mismísimo Alejandro Dumas.
En cuanto a Garrik, me identifico con el personaje y la obra que lo
describe, porque sólo cada uno de nosotros, en lo más profundo de su ser sabe que
es lo que realmente está viviendo, lo que realmente esta sintiendo, y en más de
una ocasión hemos buscado respuestas a preguntas que terminan ahogadas en el
mar de la incomprensión de esta vida tan compleja, creo que en el espacio de
nuestra más profunda individualidad hemos experimentado en más de una ocasión la
frustración de sentirnos incomprendidos, y a pesar de ello, seguimos brindando
grandes espectáculos, no nos rendimos y seguimos dando lo mejor de nosotros
mismos… estoy convencido de que vivimos en un mundo lleno de historias como la de
Garrik y su médico, donde a veces somos el actor incomprendido y a veces somos el consejero
que no entiende a quien aconseja, y que además, en muchas ocasiones, no logramos entender
lo que realmente están viviendo quienes conforman nuestro círculo más cercano y
más amado.
Por lo que respecta al Conde de La Fére… ah!!! Tanto por decir!! Sólo de
pensarlo me siento lleno de vitalidad, este personaje integrante de los Tres Mosqueteros,
protagonista de incontables hazañas, de historias para la historia y de
anécdotas inspiradoras… hombre de refinados modales, personalidad cautivadora y
probada valentía, de insigne alcurnia, con notables dotes de espadachín, amante
del buen vino y de la buena vida, hombre que vivió y murió combatiendo por sus
ideales… Mejor conocido como Athos, el Conde de la Fére me inspira y me
recuerda que a pesar de los errores y de las circunstancias, siempre hay que
luchar por aquello en lo que creemos y por aquello que anhelamos.
Por eso es que este blog se llama “Entre Garrik y la Fére”, porque
estos dos personaje no sólo me inspiran sino que en muchas ocasiones, se
presentan ante mi a través de la vida de quienes me rodean… Creo que todos, de una u
otra forma, nos encontramos entre Garrik y la Fére… No cree usted?